Piedrafita de Jaca es también una localidad del Valle de Tena, que visitamos durante nuestras vacaciones en Huesca para conocer los Pirineos, pero que he querido describir en una entrada a parte de la de Ordesa y el Monte Perdido porque dedicamos dos días conocer sus alrededores.
De hecho, en realidad el pueblo de Piedrafita ni siquiera lo pisamos. Lo que hicimos fue dedicar una mañana a recorrer una ruta de senderismo, de un nivel de dificultad bajo, para adentrarnos en la montaña y visitar un «ibón» o lago de origen glaciar. La ruta esta muy recomendada en los foros de senderismo y actividades turísticas de la región, y la verdad es que fue un acierto optar por ella.
La ruta es efectivamente sencilla, porque discurre por un sendero amplio habilitado incluso para ser transitado con vehículos y esta muy bien señalizada. Se inicia justo donde se encuentra el Parque Faunístico de Lacuniacha, del cual había oido hablar y que fue el que visitamos una semana más tarde. Como no fuimos muy tarde y el parque cuenta con una zona de aparcamiento generosa, finalmente no tuvimos problema en aparcar, aunque había bastante gente.
La ruta es muy agradable de hacer, pero sobre todo por el disfrute que supone sumergirte en una naturaleza tan bella como la del Pirineo. Las vistas del Bosque Betato, que se contemplan en la margen derecha del sendero que lleva al Ibón, son simplemente magnificas. Se disfruta de un cielo azul límpido, que contrasta con el verde oscuro de los pinares y el verde más claro de los prados.
Y de fondo, siempre los Pirineos, una cordillera imponente con riscos y valles que se apoderan de tu atención. La sierra de la Partacua flanquea la ruta, y la Peña Telera nos sirve de faro para guiarnos hasta el Ibón. Hay un par de atajos que decidimos tomar, que efectivamente acortan el trayecto pero que son algo más exigentes de realizar físicamente.
Pero decidimos tomarlos y, en especial el atajo del Barranco del Boj mereció bastante la pena. El separarnos de la pista forestal y caminar en paralelo al arroyo que recorre el barranco, nos permitió encontrar un rebaño de vacas que nos dejó una estampa preciosa, muy alpina o montañera.
No obstante, la estampa más bonita es sin duda la del Ibón, un lago a mas de 1.600 metros de altura, con la peña Telera a su espalada, que debe ser espectacular de contemplar en temporada invernal, cuando el paisaje está nevado.
El retorno lo efectuamos algo más rápido, porque decidimos seguir el Barranco del Boj mucho más tiempo, lo que nos permitió acortar la ruta. En cierto modo, estábamos obligados porque teníamos una reserva en un restaurante de un bonito pueblo próximo, Tramacastilla de Tena, y no queríamos llegar tarde.
Además, sabíamos que regresaríamos a la zona, porque estábamos dispuestos a visitar el Parque Faunístico de Lacuniacha. Yo ya había leído sobre el Parque y su interés, pero el hecho de conocer la belleza del entorno donde se ha establecido, nos decidió del todo.
Lacuniacha es un parque natural en donde habitan una serie de animales que es muy difícil encontrar en estado salvaje, y que además suelen o solían poblar Los Pirineos. No es un zoo, porque en realidad los animales no están confinados en jaulas, sino que viven en un redimen de semilibertad, disfrutando del magnifico entorno natural del Bosque de la Pineda.
El recorrido es relativamente cómodo y esta bastante bien indicado. Al comenzar, inicialmente pensamos que no resultaría tan intersécate como aparentaba, puesto que nos costó localizar alguno de los animales, puesto que no hay un gran numero de ellos y además se escondían en las zonas mas alejadas al sendero y a las vallas de protección.
Sin embargo, nos equivocábamos, y comenzamos a disfrutar cuando encontramos los linces, una pareja con sus cachorros a la vista, muy cerca de donde nos encontrábamos. A partir se dese instante, el Parque ganó en interés y pudimos contemplar con buen detalle especies curiosas que, aunque conocidas, ganan al descubrirlas plena naturaleza.
Porque la naturaleza del Pirineo es un marco ideal para esta actividad divulgativa. Las instalaciones del Parque son bastante respetuosas con el medio ambiente y se enmascaran bastante bien. Está claro que las vallas y verjas nos recuerdan permanentemente que la mano del hombre está allí, pero lo hacen de una manera bastante respetuosa, poco invasiva.
Sin lugar a dudas, Piedrafita y su entorno, incluyendo el Parque Faunístico, fue uno de los puntos fuertes de nuestro viaje por Huesca. Y sin lugar a dudas, yo le recomendaría esta excursión a todo el que ame la naturaleza, y desee conocer la flora y la fauna de Los Pirineos.