Preparando el viaje por Portugal descubrí que los 300 kilómetros de costa atlántica que van desde Ovar (al sur de Oporto) a Torres Vedras (al norte de Lisboa) es uno de los lugares preferidos por los surfistas de todo el mundo para experimentar grandes olas.

Mapa de la costa central atlántica, Costa de Plata

Así que, durante mi recorrido en coche desde Lisboa hasta Oporto, planeé desviarme de la ruta para acercarme al mar, cada vez que estaba cerca de alguno de los pueblos costeros más famosos. El primero de ellos fue Peniche, próximo a Óbidos.

Peniche, con las islas Berlengas al fondo

Peniche es uno de los lugares con mayor atractivo para los surfistas, porque tiene múltiples playas orientadas en distintas direcciones que aseguran encontrar siempre olas de gran tamaño, cuando no es en una es en otra. La más renombrada, la Playa de los Supertubos.

Olas gigantes en la Playa de los Supertubos, (Mahalo Surf Experience)

Yo llegué al atardecer y traté de acercarme a la costa para contemplar la puesta de sol, aunque se me hizo algo tarde. El mirador del faro del Cabo de Carvoeiro es un punto ideal para contemplar la bravura del mar. Enfrente, se vislumbran las islas Berlengas, a 11 kilómetros, que pueden ser visitadas con un ferry, aunque en octubre no funciona ese servicio.

Faro del Cabo Carvoeiro
Vistas de la escollera desde el mirador del Faro

Pero además del surf, Peniche tiene el encanto de un pueblo de veraneo, con mucha tradición pesquera. Y cuenta con una fortaleza del siglo XVII que se edificó para proteger el puerto de los ataques piratas.

Fortaleza de Peniche

El otro centro de peregrinación internacional para hacer surf es Nazaré. Más al norte que Peniche, me desvié a Nazaré cuando me dirigía a Alcobassa y a Fátima. El poco tiempo que estuve me bastó para descubrir un sitio turístico de primer orden, con una magnífica playa de arena dorada abierta al océano, que debe de estar abarrotada en verano.

Playa de Nazaré

La ribera de la playa de Nazaré es la de un típico pueblo de veraneo, repleta de tiendas, cafeterías, heladerías y restaurantes, pero siendo octubre la mayoría estaban cerrados. El aspecto general recuerda al que hace treinta años tenían los pueblos costeros turísticos del sur y sureste de España.

El pueblo de Nazaré se encuentra elevado sobre la playa, en el cabo de Sitio. Hay un funicular construido a finales del siglo XIX para ser usado por la nobleza portuguesa en sus temporadas de veraneo.

Ribera de la Playa y funicular al fondo

Aun conserva algo de su tradición pesquera, pero claramente es un pueblo dedicado al turismo, con muchos hoteles y casas turísticas. Desde lo alto, hay un mirador desde el cual se tiene unas vistas estupendas de la playa y el Atlántico.

Vistas de Nazaré y su playa desde el mirador de Suberco (Locationscout)

Dejo para el final Aveiro, aunque sin lugar a dudas es una de las ciudades que más me gustó de mi viaje por Portugal. Aveiro está bastante más al norte, cerca de Oporto, para situarnos a la altura de Salamanca en España.

Mapa de Aveiro, donde se puede ver los canales

Se ubica en el interior de una amplia ría, que protege a la ciudad del impacto directo del océano, al tiempo que habilita la posibilidad de abrir canales. Aveiro es conocida como la Venecia portuguesa, y sabe explotar la existencias de esos canales con paseos fluviales de coloridas embarcaciones parecidas a las góndolas venecianas.

Aveiro, la Venecia portuguesa
Embarcaciones tipo góndola, llamados «Mouliceiros«

La ciudad tiene mucho estilo. Su casco histórico está peatonalizado en buena parte, y hay bastante elegancia en sus edificios, ya sean públicos o privados. Es muy agradable pasear por sus calles, o detenerse a tomar un vino en alguno de los muchos bares y restaurantes que hay.

Plaza del 14 de Julio
Zona peatonal, Obelisco de la Libertad

Otra de las señas de identidad de Aveiro es su tradición con la industria del azulejo. Es fácil encontrar azulejos azules en muchas casas y edificios, dibujando o narrando acontecimientos históricos o simplemente adornando las fachadas, incluso en iglesias.

Detalle de los azulejos en la Iglesia de la Vera Cruz

A solo 10 kilómetros de la ciudad, las playas de Aveiro son también famosas por ser reclamo para surfistas, y cómo no, por su innegable atractivo veraniego. Las playas más famosas son las de Barra y la de Costa Nova, ambas de arena dorada y de gran extensión.

Faro de Aveiro, comienzo de la Playa de Barra

En la costa de Aveiro han sabido combinar el turismo con el cuidado al medioambiente y a la naturaleza. Las playas tienen dunas naturales, y están protegidas mediante la instalación de pasarelas que conducen a los bañistas hasta la zona próxima al mar.

Playa de Barra

La Playa de Barra, en su parte más antigua, se inicia desde los pies de un gran faro, y se extiende por más de 3 kilómetros, flanqueada siempre por una sucesión de casas veraniegas y pisos de segundas residencias que, a buen seguro, garantizan un lleno en los meses de verano.

Típicas casas veraniegas en la Playa de Barra

Barra se une con la playa de Costa Nova, donde se encuentra una zona algo más humilde, menos residencial, denominada Barrio de Pescadores. Claramente, el nombre hace alusión a una de las actividades económicas más evidentes de la zona, aunque es innegable que esta playa también tiene tirón turístico.

Otra zona de la Playa de Barra

En resumen, las costas atlánticas de la parte central de Portugal tienen, además del surf, indudablemente un atractivo turístico importante y cuentan con poblaciones y polos turísticos de primer orden, que rivalizan con los más conocidos del sur, en la región del Algarve.

Acceso a la playa de Costa Nova

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