En nuestro viaje a Huesca y al Pirineo oscense, decidimos desplazarnos hasta Sos del Rey Católico, aún siendo parte de la provincia de Zaragoza, porque tres personas nos lo habían recomendado encarecidamente. Sos del Rey católico se encuentra al norte de la provincia de Zaragoza, muy cerca de la frontera de Navarra.
Sos es otro de los «pueblos bonitos de España» y de veras que lo es. Pero en este caso se une, además, el gran interés histórico que despierta, por ser el lugar de nacimiento del Rey Fernando II de Aragón, nuestro Rey Católico.
El pueblo es otro pueblo medieval amurallado, cuyos orígenes datan del siglo X, y que fue levantado alrededor del castillo que sirvió de defensa ante el avance musulmán en la península. Los pocos restos que quedan del castillo, lógicamente, se encuentran en lo más alto del pueblo.
Accedimos al pueblo por una de sus puertas, la Puerta de la Reina. El casco antiguo está muy bien conservado y guarda una buena armonía. El pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en 1968, y en sus calles y rincones se rodó la famosa película La Vaquilla, de Berlanga. Hay sillas de director de cine allí donde se rodaron escenas.
Lo más destacado de la visita al pueblo es su Plaza de la Villa. Es una plaza pequeña, que aun lo parece más al estar conformada por edificios de bastante altura. En ella se encuentra el Ayuntamiento, pero históricamente fue el centro comercial del pueblo.
En un lateral de la plaza está el soportal del mercado a en cuya pilastra se puede observar las marcas de la «vara jaquesa», la medida empleada para controlar las ventas.
Cruzando el soportal, se entra en el barrio judío o La Judería. A pesar del calor del verano, el paseo por sus calles es agradable porque las casas están tan próximas unas a otras que hay sombra prácticamente siempre. Hay rincones que son francamente bonitos, cargados de sabor medieval.
El Palacio de Los Sada es la que fuera la casa natal de Fernando el Católico. Tiene una arquitectura muy sobria, y su exterior no transmite una sensación de riqueza, más bien parece parte de una fortaleza. Hoy en día, acoge la oficina de turismo y también un Centro de Interpretación histórica del rey Fernando II que merece la pena visitar.
Al otro lado de la plaza de la Villa, ascendiendo progresivamente, se encuentran la Iglesia de San Esteban y los restos del castillo. La iglesia comenzó a ser construida en el siglo XI y tiene una entrada románica del siglo XII muy bonita, que fue porticada con psoterioridad para proteger las tallas de las inclemencias del tiempo.
La Iglesia está pegada al Castillo, el cual es bastante simple. Con un recinto amurallado de baja altura, lo que más llama la atención es la altura de la Torre del Homenaje, del siglo XII, sin lugar a dudas un puesto de vigilancia privilegiado.
Hay un mirador tras la iglesia, desde el cual se contemplan unas vistas magníficas de la zona, la cual llama la atención por lo poco poblada que está.
Para finalizar nuestra visita, decidimos conocer el Parador de Sos, que fue levantado en un edificio de nueva construcción al norte del pueblo que guarda armonía con el resto de edificaciones antiguas. Como suele ser habitual, siempre es un acierto comer en un Parador, por la calidad de su cocina y el trato exquisito que te dispensan.